Vicent Miquel Carceller
Nacido el 28 de marzo de 1890 en Valencia, en el seno de una familia humilde, fue un autodidacta que se formó a partir de los elementos culturales, ideológicos o sociales que le acompañaron: el valencianismo de su ciudad, el republicanismo de su héroe, el escritor Vicente Blasco Ibáñez, la tradición satírica del periodismo valenciano y las profundas contradicciones sociales que le llevaron a identificar a la Iglesia y a la monarquía como principales culpables del atraso y de la justicia sociales.
Su aventura editorial se inicia en 1909 con la edición de La Traca, un periódico satírico que solo se parará por la fuerza mayor ejercida por dos dictadores: Miguel Primo de Rivera, que lo suspenderá en 1924; y el general Franco, que provocó la desaparición física del personaje y de su obra. El éxito de La Traca radica tanto en su capacidad de conectar con los anhelos y frustraciones de amplios sectores sociales, como en saber interpretar el contexto en clave de humor y transgresión. Carceller sería el mejor exponente de la sólida correspondencia que se estableció entre la cultura popular, entendida como tradición, y la cultura de masas sometida a la producción industrial y al consumo masivo.
La editorial Carceller, constituida oficialmente en 1921, fue una de las más importantes de España. Además de La Traca, sin duda su publicación estrella, de sus talleres salió un mundo de publicaciones para todos los sentidos, para cubrir todos los espectáculos, para fomentar todas las culturas. Destaca El Clarín, un semanario de toros creado en marzo de 1922 y que acabará convirtiéndose en el más vendido de toda España, sur de Francia y América, con 25.000 ejemplares de media. Le sigue La Chala, consolidado como el semanario de referencia del humor valenciano, con unas ventas medias en torno a los 15.000 ejemplares semanales. También sobresale el anuario dedicado a la fiesta grande valenciana, El Fallero, con tiradas superiores a los 100.000 ejemplares. Y, sobre todo, es la primera y más potente plataforma para los aspirantes a publicar. El Cuento del Dumenche, semanario ilustrado que empezó a editar el 4 de enero de 1914, consigue, solo en el primer año, dar a conocer a cerca de 100 personas, entre dibujantes y escritores, en su mayor parte jóvenes con aspiraciones, pero también a otros tan consolidados como Escalante, Baldoví, Liern, o el mismo Blasco Ibáñez, con obras en valenciano como El últim lleó, Corpus valencià, Nit de novios o La paella del roder, entre otras.
A mitad de los años veinte, el negocio editorial de Carceller ha crecido hasta tal punto que sostiene a 50 familias entre impresores, redactores, grabadores, dibujantes, personal administrativo y otros. Por ejemplo, es muy numerosa la contratación de mujeres que asumen el trabajo de preparar los paquetes para su distribución a todos los puntos de venta del país. Goza de crédito ilimitado en la Papelera Española y otras fábricas de papel y tiene cuenta corriente en entidades financieras como Banco de España, Crédit Lyonnais, Hispano Americano, Río de la Plata, Banco de Bilbao, etc.
Además de la edición, su otra gran pasión fue el teatro en valenciano. Carceller cultivó el sainete con obras como Cheperut y Coixo, estrenada en mayo de 1917 en el Teatro Novedades de Valencia, al tiempo que creó un teatro exclusivamente para este tipo de obras al que llamó Nostre Teatre, ubicado en el centro de la capital. Para su promoción, en mayo de 1921 lanzó una revista semanal con igual nombre que saldría hasta septiembre del año siguiente.
Con la llegada de la II República (1931), la editorial de Vicent Miguel Carceller aparece ya como una de las industrias culturales más potentes del país. Su publicación estrella, La Traca, ha superado el medio millón de ejemplares; sus revistas eróticas, como El Piropo o Bésame, se venden por encima de los 50.000 ejemplares; sus folletos anticlericales, como Los crímenes de la Iglesia, rondan los 100.000… Este nivel de ventas permite entender cómo a pesar de la depresión económica que registra ya de forma notoria España, el negocio editorial del valenciano sigue viento en popa con reformas importantes en el diseño y producción de los ejemplares, como las realizadas en mayo de 1930 en La Chala; con la recuperación de cabeceras ya históricas, como Nostre Teatro, a fines de 1930, para publicar una obra teatral en valenciano cada mes; o con la reedición de La Traca nada más caer la monarquía. Frente a los problemas derivados de la depreciación de la peseta, que pusieron en riesgo la rentabilidad de muchas editoriales, Carceller rescinde su contrato con la empresa alemana que desde 1928 le venía suministrando la materia prima, para firmar uno nuevo con Almacenes Generales de Papel, antigua Papelera Española, por un suministro de 40 toneladas de papel. Sus ingresos provienen tanto de la venta como de la publicidad, especialmente la que recogen los almanaques y El Clarín.
Carceller fue fusilado en junio de 1940 por su compromiso antifascista, de la misma manera que su obra fue destruida y la cultura transgresora y popular que preconizaba, eliminada. Aunque su cuerpo fue arrojado a la fosa 114 del Cementerio de Paterna, la familia pudo recuperar su cuerpo y se encuentra en un nicho individual de este mismo cementerio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Laguna Platero, Antonio (2018). Semblanza de Vicente Miguel Carceller (Valencia, 1890-1940). En Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) – EDI-RED: http://www.cervantesvirtual.com/obra/vicente-miguelcarceller-valencia-1890-1940-semblanza-877837/
Volver a fosa 114
Población: Valencia
Profesión/Cargo: Periodista, empresario y editor de prensa
Edad: 50
Fecha nacimiento: 20 de marzo de 1890
Fecha fusilamiento: 20 de junio de 1940